Capítulo 8

¡No, No, NO! No sé cómo continuar... Parecía que tenia la historia perfecta...  Tenía al protagonista, a la chica... Pero no tengo ni idea de cómo seguir. Creo que van a tener razón la gente y no sé escribir bien... pero lo iba a conseguir. La historia era buena... Pero falla el escritor...

Tenía a Vincent: inspirado en mi. El chico que yo siempre he querido ser: listo y atractivo, aunque solitario como yo.

Tenía a Sheila: inspirada en la chica de mis sueños. Una chica que todo hombre desearía por su belleza e inteligencia.
Tenía a Eli: con ella pretendía hacer una chica del montón pero muy especial. Una chica que comprende a Vincent, bueno... la única.

Ahora no sé que hacer... quiero seguir con esto, pero so sabría cómo. Alomejor, si le pido ayuda a alguien, puedo escribir más y mejor. Bueno... llevo escribiendo desde hace cinco horas y estoy cansado, mejor me voy a dormir. Ya lo intentaré otro día.

Mi dedicatoria

Haciendo un aparte en el libro/cuento o como queráis llamarlo: quiero hacer la dedicatoria de este libro sin terminar.
A María Hernández Ruiz va dedicado este libro, ya que ella me animó a escribir y también por ser la persona que más me ha apoyado en el ámbito personal, porque siempre cuida de mi y siempre hace que intente estar feliz. Tenemos nuestras peleas de vez en cuando, pero en el fondo la quiero mucho y espero que ella también me quiera. Por todo eso y más: Gracias, María.

Capitulo 7

La puerta se cierra a mis espaldas, pierdo de vista a Sheila. La sala en la que me encuentro es muy grande, tiene dos escaleras que van a parar a una planta superior. En el fondo de la sala diviso lo que creo que es un escritorio. Me acerco, pero no hay nadie al otro lado de esa mesa, solo hay un lapiz y un papel que pone: "Introduzca habitación aqui:" Cojo el lapiz y apunto en el papel "472" El papel se desvanece lentamente, como si se evaporase. De repente veo que debajo mia, el suelo esta brillando. Me aparto y veo que hay una flecha en el suelo. la flecha se va alargando.

Sigo a la flecha, la flecha sigue por la escalera izquierda, por lo que subo por esa. Al llegar arriba, veo que la flecha gira a la derecha, me fijo en que no veo la otra escalera, la cual debaría estar alli, a la derecha de la que yo he subido. Sigo por un pasillo ancho y largo hasta que la flecha tuerce y se empieza a iluminar el picaporte de una puerta. Giro el picaporte y entro.

Tras esa puerta veo que hay mas personas, pero son todos de mi edad más o menos, somos diez contandome a mi. Se me quedan mirando un momento, despues dejan de mirarme, pero no hablan entre ellos, supongo que estaran tan asustados como yo.

- Veo que ya estamos todos. -oigo a mis espaldas.
Me giro y veo a un hompre que me puede perfectamente doblar tanto la edad como la estatura.

Capítulo 6

-Ya puedes abrir los ojos. - oigo.
Y los abro. Tardo un par de segundos en acostumbrarme a la luz, cuando al fin puedo ver decentemente, veo que ya no estoy en mi habitación, que yo sepa, ni siquiera estoy en mi ciudad. Miro a un lado y a otro buscando alguna calle o edificio conocido.
- Sorprendido, ¿verdad? -me dice Sheila.
- Esto es... increíble pero, ¿dónde estamos?
- Bienvenido a Sinecia. De aquí es de donde vengo. Se que ahora mismo tienes muchas preguntas, pero todas serán resueltas, te lo aseguro. Ahora sígueme, por favor.


Y así lo hago, la sigo por unas calles amplias. Me voy fijando en los edificios los cuales tienen unas formas imposibles. No veo a nadie, estamos solos Sheila y yo.
Llegamos a un edificio mas alto que lo normal. Ella abre la puerta y se me queda mirando, con esa hechizante sonrisa.
- Habitación 472. A partir de aquí estás solo, pero volveremos a vernos.
Asiento con la cabeza y entro en el edificio, pero antes esbozo una sonrisa dirigida a Sheila, aunque por dentro tengo miedo, porque no se que encontrare al lado de esa puerta...

Capitulo 5

Ya estoy en mi casa, Eli se ha ido a la suya que no esta muy lejos.
-¿Hola? -digo al entrar.
No obtengo respuesta alguna, supongo que mi padre llegará hoy tarde. En mi habitación, enciendo la luz y suelto mi maleta.
-Hola, Vincent. -oigo por detras mía.
Me giro rápido, y en mi cama, sentada y sonriente, está ella: Sheila. Del susto me caigo de espaldas y me golpeo en la cabeza.
-¡Vincent! ¿Estas bien? -dice sin perder la sonrisa.
-¿Quién eres? -grito. Estoy asustado, en mis sueños, en mi colegio y ahora en mi casa.
-Eso tu ya lo sabes, -responde. -Creo que es otra pregunta la que tienes que hacer.
-¿Qué quieres de mi? -Es la única pregunta con sentido que podia hacer.
-Quiero que vengas conmigo. - dice cerrando los ojos en señal amable.
-¿Adonde? -pregunto.
-Cierra los ojos. -me dice
-Responde antes a mi pregunta.
-Tu cierra los ojos, confia en mi. -dice de nuevo
Esta chica no parece estar aqui para hacerme daño.

Cierro los ojos y siento como ella me coje de la mano, una mano cálida y suave.

Capitulo 4

Desde lo de esta mañana, todo normal, aunque no he parado de pensar en Sheila en todo el dia, o me estoy volviendo loco, o ella existe de verdad. Voy de camino a mi casa, cuando me doy cuenta de que alguien me ha tocado la espalada.
-¡Vinci! -Solo hoy una persona en todo el mundo que me llame así.
-Hola, Eli. -digo.

Elisa, o como yo la llamo: Eli, es mi mejor y única amiga, tene el pelo castaño y rizado. Tiene unos ojos marrones muy bonitos. Y lo mas característico de ella: siempre sonrie.

-Hoy no has hablado conmigo, -dice Eli. - casi ni te he visto siquiera.
-¿En serio? Perdona, es que llevo un dia un poco... raro, por decirlo de alguna manera.
-¿Qué te pasa? -Ahora esta preocupada por mi, mejor no decirselo.
-No, nada -digo sonriendo.
-Pues vale... -No la he convencido del todo. -Te acompaño a tu casa, ¿quieres?
-Claro, así hablamos todo lo que no hemos hablado hoy.

Capitulo 3

Al final, he llegado aclase a tiempo, me acabo de dar cuenta de que, soy el primero en llegar, a pesar de que, según mi reloj, la clase empieza en tres minutos. Salgo de la clase, los pasillos están completamente vacios, miro a un lado y a otro, nada... Busco a alguien en las aulas de mi pasillo, todas desiertas. Llego a la última de las diez aulas que hay en este pasillo y, para mi sorpresa, hay una chica sentada en el asiento del profesor. Es rubia, con el pelo muy largo y liso que le cae por los hombros hasta casi la altura de la cintura y tiene los ojos azules, he de admitir que resulta bastante atractiva.
-Hola, Vincent. -dice. Tiene una hermosa voz, muy dulce y suave, parece como si con su voz te abrigase del frio que hay fuera del edificio.
-¿Cómo sabes mi nombre? - Normalmente, hubiera sido mas corts, pero era la única en todo el edificio y no la conocía para nada.
-Igual que tu sabes el mio. -Dice esbozando una perfecta sonrisa. ¿Sé su nombre? Intento hacer memoria: rubia, ojos azules voz dulce... ¡Espera! ¡Es la chica del sueño! Su nombre... ¿Lo sé? "Empezaba por S". Sus palabras suenan en mi cabeza.
-Eres... Sheila, ¿verdad? -Lo he dicho sin pensar, como si mi boca hubiera pronunciado su nombre sin yo dar la orden.
-Exacto. -Responde esbozando otra brillante sonrisa.
De repente, estoy en mi clase, sentado en mi pupitre, pero han aparecido todos mis compañeros. ¿Qué me está pasando? ¿Y quén es Sheila?